domingo, 5 de julio de 2015

Grecia: lucha de clases y estado de excepción.

En Grecia estamos en un escenario de lucha de clases descarnada. La cosa va del sabotaje económico a gran escala como el cierre forzado de los bancos o la no aceptación de las tarjetas de crédito y de pago hasta el terror social microfísico. Estamos en un ambiente en el que quienes han recortado brutalmente las pensiones y los salarios y se proponen abiertamente seguir haciéndolo acusan al gobierno de poner en peligro los ingresos de los ciudadanos. Estamos en un ambiente en el que los grandes y los pequeños patrones amenazan con despedirte si sale el no. Aquí, en Thasos, le han dicho a mucha gente que trabaja en tiendas, gasolineras y otros negocios que dependen de un suministro sostenido de mercancías que no vaya a trabajar, que se tome vacaciones hasta hoy y, si sale el No, que no vuelva. Todos los capitalistas desde los grandes a los más pequeños están en pié de guerra y exigen que se pague la deuda y se agrave la austeridad para hundir el valor de mercado de la fuerza de trabajo.

Los medios de comunicación mienten sin parar: dicen que mañana no habrá ya nada de liquidez en los bancos, que echarán a Grecia del euro, de la UE y hasta del sistema solar. Dicen que recortará en un 30% los ahorros de más de 8.000 euros, que no hay nada en los supermercados, que mañana no habrá ni pan, que Syriza quiere montar un régimen latinoamericano en Europa, cuando los únicos que funcionan como una oligarquía latinoamericana que no acepta la democracia son la troika interna y su pitonisa base social: la puta burguesía dependiente, colonial. La derecha griega, incluido el Pasok, son los agentes de cobro de los acreedores ilegales e ilegítimos. Vendepatrias, como en España o en Venezuela.

A todo esto y a pesar de todo, la gente mantiene su sangre fría. Es lo que más llama la atención. La concentración de Syntagma anteayer fue histórica, colosal: un pueblo defendiendo a su gobierno que estaba en medio de la multitud, con la gente. Varoufakis es el único ministro de hacienda de Europa que puede atravesar una multitud recibiendo manos tendidas, besos, abrazos, palabras de aliento. Alexis Tsipras, entre su gente, nuestra gente, está como un pez en el agua. Hay un gran orgullo en este pueblo, una enorme dignidad y merece ganar a las oscuras fuerzas del chantaje y el poder oligárquico.

Pase lo que pase, pasada la alegría de que gane el ΌΧΙ o la tristeza de que gane el sí, todo será muy difícil mañana para la mayoría. Habrá que seguir luchando en Grecia y en el resto de Europa, porque si el ΌΧΙ salva al gobierno popular de Tsipras, mañana los trabajadores griegos seguirán teniendo un gobierno, pero seguirán sin tener poder suficiente para cambiar las cosas. Tener el gobierno es importante, pues se pueden cambiar muchas medidas e ir transformando el marco legal, pero la gente de aquí no necesita haber leído a Benjamin para saber que los oprimidos, mientras no liquiden su condición de oprimidos viven en un permanente estado de excepción donde gobiernos legítimos y leyes importan muy poco frente a la dictadura de clase de las clases capitalistas. Esto es lo que hay que quitarse de encima si queremos democracia y libertad. El ΌΧΙ griego puede ser un paso importante, pero necesitamos ganar en otros países de Europa. Ruego por ello a todos mis amigos y compañeros de Podemos y de todas las fuerzas de resistencia de nuestro país que dejen de jugar a jefecillos y partidos y den la palabra a la gente, que tiene una necesidad vital de ganar y de salir de este maldito estado de excepción, con la cabeza alta, como personas libres y ciudadanos dignos, como nuestros hermanos y hermanas de Grecia.

domingo, 28 de junio de 2015

Podemos y la Hidra

(Este es el texto en castellano de mi primera colaboración con la página web de la agencia nacional de noticias griega AMNA. Este texto aparecerá próximamente en griego en la mencionada página web)



Un  monstruo político recorre hoy la España de la crisis y la austeridad. Ese monstruo, como Proteo, cambia de forma y se adapta a las circunstancias. Es capaz de mutar. Primero se llamó en 2011, 15M, en recuerdo de la ocupación de las plazas de las principales ciudades, después se llamó Podemos y obtuvo así una nueva dimensión : ya no era simplemente un gran foro de debate político abierto a todos, sino también un instrumento para acabar con el mal gobierno y traer gente normal a las instituciones. Lo logró inicialmente en las elecciones europeas pasando de la nada a 5 diputados. Posteriormente, no paró su subida en los sondeos, llegando a ser la primera fuerza política del país. Esto normalizó Podemos como partido y lo convirtió en buena parte en una máquina electoral, perdiendo así su frescura y la pluralidad y horizontalidad heredadas del 15M. Era algo normal, pues todo partido, como nos enseña Louis Althusser, es un elemento del aparato político de Estado y se define en el "juego político " en oposición a los demás partidos, igual que en un sistema lingüístico los distintos elementos se definen por la oposición de sus rasgos constitutivos. Sin embargo, la sorpresa vino con las elecciones municipales donde candidaturas apoyadas por Podemos, pero que iban mucho más allá de Podemos ganaron las elecciones en las principales ciudades del país. Esto demostró que una organización que pretende una transformación del sistema político no puede estar solo dentro de él, también debe mantenerse fuera, perturbando el sistema con elementos extraños que este no sabe procesar. Hoy, nos encontramos en la recta final para las elecciones generales. Una gran mayoría del electorado popular exige hoy apertura y pluralismo, confluencia de todas las fuerzas que se oponen a la austeridad y al pillaje del país. Solo una fórmula plural y que retome como en las municipales el contacto directo con la ciudadanía tiene posibilidades reales de vencer y de prolongar el movimiento iniciado por Syriza en el otro lado del Mediterráneo. Esta fórmula no puede ser un partido como los demás, ni siquiera una suma de partidos, sino un nuevo monstruo, un Podemos recombinante convertido en hidra de mil cabezas, en esa bestia representativa según todos los oligarcas, desde Platón hasta nuestros días, del pueblo que tanto temen. 

jueves, 18 de junio de 2015

El 15M de la casta


"El hombre no es ni un ángel ni una bestia, y por desgracia quien hace de ángel hace de bestia» 

(Blaise Pascal, Pensamientos, 329)

1.
La dimisión forzada de Guillermo Zapata como concejal de cultura del gobierno municipal madrileño presidido por Manuela Carmena podría ser un acontecimiento de primer orden, de aquellos que cambian aspectos decisivos del juego político. La presentación oficial de esta dimisión así como la versión dada por el propio Zapata intentan hacer ver esta enorme concesión a la campaña de desprestigio orquestada por los medios de todas las derechas (incluidos los de Prisa) como un acto moral. Este acto mostraría que los representantes de la "nueva política" cuyos exponentes son Podemos y Ahora Madrid, "no son como ellos", entendiéndose por "ellos" los políticos de la Casta. Es ciertamente de agradecer que un representante no se aferre a un cargo y que no tarde en dimitir cuando la gente que lo ha elegido se lo exija, pero una dimisión no tiene el mismo significado cuando responde no a una demanda de la ciudadanía, sino a una campaña despiadada de propaganda de una derecha que no acepta haber perdido el bastión madrileño y el barcelonés. Más absurda es aún esa dimisión cuando contra el concejal ayer dimitido no había ninguna acusación mínimamente sólida que no fuera más allá de algunos chistes de mal gusto contados o citados entre comillas en el marco de una discusión en Twitter sobre los límites del humor.


2.

Como demostraron sobradamente Franco, Mola y Yagüe, las clases dominantes españolas tienen mal perder y tienen asumido que el poder político les corresponde en propiedad. Cuando un gobierno elegido no les conviene hacen lo posible y hasta lo imposible por quitárselo de encima. En un caso extremo, allá por 1936, liquidaron además del gobierno a una parte significativa de sus apoyos sociales, asesinándola y enterrándola en cunetas o mandándola a la prisión o al exilio. Hoy, esta derecha se vale de otros medios. Utiliza los distintos aparatos de Estado, policial, judicial y administrativo así como los numerosos medios de comunicación a su servicio, para buscar en la vida de los ciudadanos que la incomodan elementos que permitan denigrar a un adversario político percibido como enemigo. En las redes sociales, este poder poco escrupuloso con la legalidad ha encontrado una mina y extrae de ella todo lo que quiere. Es muy fácil, en efecto, que en una red social como Twitter o Facebook haya fragmentos de conversación poco adecuados o incluso impresentables. El espacio de las redes sociales es un espacio que contraviene las grandes oposiciones jurídicas entre lo público, lo privado y lo íntimo. En las redes estos espacios que el derecho reconoce como cualitativamente distintos se confunden y el comentario estúpido, el chiste malo que todos hemos contado a un amigo durante una conversación pasa a ser de dominio público si no se toman algunas precauciones que nadie toma.

3.

Era costumbre de los gobiernos totalitarios tender trampas a los ciudadanos. Una que se utilizaba en la antigua República Democrática Alemana consistía en tolerar que los habitantes de las grandes ciudades practicasen un pequeño tráfico de divisas con los visitantes occidentales. Este tráfico se observaba discretamente y se documentaba a veces con fotos, pero no pasaba nada, hasta que un día algún ciudadano realizaba algún acto de carácter político poco grato pata el régimen: ese día, la policía y la justicia caían sobre él acusándole no de un delito político, sino de tráfico de divisas. Algo semejante está ocurriendo en España desde la constitución de los ayuntamientos de Madrid y Barcelona. Desde anteayer, operaciones que debían estar en marcha desde hace tiempo han dado sus frutos. Rebuscando en las redes sociales, los "periodistas" de la derecha encontraron los tuits de Zapata y de otros concejales así como diversos mensajes de éste y de otros concejales de Ahora Madrid en otras redes sociales. Se trataba de mensajes políticamente incorrectos emitidos en el marco de conversaciones relajadas, como las que se tienen con un amigo en un bar o paseando. El resultado de esta indecente campaña político-mediática ha sido la intimidación general de los usuarios de las redes sociales. Se trata para el poder de cancelar, sin necesidad de recurrir a ninguna medida de excepción la libertad que existía en ese remedo virtual de espacio público que son las redes. Ese temor a expresarse con libertad es el primer golpe duro del 15M al revés que estamos viviendo.

4.

El segundo golpe de esta operación de rearme de la derecha ha sido de índole moral. Si el 15M había logrado desautorizar a una clase política y a un régimen entero asimilándolo con la corrupción y el secuestro de la democracia por intereses privados, el 14M, con la dimisión forzada de Zapata ha supuesto un viraje completo, de 180 grados. La derecha ha sido autorizada con esta dimisión  a juzgar a los cargos electos votados por los ciudadanos en candidaturas municipalistas plurales y abiertas. A partir de ahora cualquier ciudadano no afecto al régimen puede verse expuesto al juicio de las derechas, por cualquier tontería, un tuit, un comentario, un mal gesto, registrados en Twitter o Facebook. Además, el moralismo "progre", pronto a culpabilizar a quien como todo ser humano normal no es impecable, ha hecho el juego de la derecha más hipócrita e indecente pretendiendo que "nosotros no somos como ellos". A falta de verdaderos contraataques que desautoricen a estos severos jueces, cómplices de La Gürtel o de la Púnica o apologetas del totalitarismo franquista, las derechas (incluida la izquierda de la derecha que es el PSOE) habrán ganado una importante batalla simbólica, porque la "nueva política" ha renunciado al combate.

5.

El problema es que nosotros sí que somos como ellos, que uno de los principios de toda ética democrática es reconocer que no existen diferencias absolutas entre los hombres, que siempre a ciertos niveles, todos los hombres nos reconocemos como iguales, como semejantes. Como decía Maquiavelo, "no hay más que vulgo". Esto solo quiere decir que todos los hombres estamos sometidos a las pasiones, que todo ser humano tiene dentro de sí, como dice mi amigo Carlos Fernández Liria recordando muy pertinentemente los escritos de Freud sobre el chiste, un infierno y una cloaca, parcialmente disimulados por el lenguaje, el saber, la civilización... La derecha siempre ha visto la cloaca y el infierno en el otro, siempre para ella fue la multitud objeto de temor y de desprecio. ¡Cómo van a gobernar estos si solo se mueven por pasiones! ¡Cómo van a gobernar estos ignorantes! proclaman sus propagandistas. Ellos se presentan como los dignos de gobernar, como los racionales, como los que controlan sus pasiones, mientras que el pueblo es una terrible hidra de mil cabezas que hay que contener y alejar del poder. Fascina ver cómo la indignación moral de los progres, que censuran con afectado horror las imperfecciones y pasiones de Zapata o de otras personas normales que han llegado a puestos institucionales antes reservados a las derechas, hace el juego de los propagandistas antidemocráticos. Estos no sólo no contradicen la moralina y la censura de los progres contra los "pecadores", sino que podrían retomar las propias palabras de los moralistas de izquierda:"nosotros no somos como ellos".

6.

En la historia de Zapata y en todas las que vendrán no se dirime ninguna cuestión moral. La derecha no reprocha a Zapata y sus compañeros unos tuits con chistes negros, ni unas declaraciones provocadoras, lo que detrás de la más hipócrita de las censuras morales les reprocha es que los hayan expulsado de unas instituciones que consideran suyas. Las instituciones son para gente como ellos y no para quienes se jactan de "no ser como ellos". Ellos no necesitan justificarse incluso cuando cuentan chistes de tiros en la nuca y de cunetas en las redes sociales o en las tribunas de las instituciones, ellos no son tan delicados y no censuran a los suyos: dicen barbaridades y las hacen y además se arrogan el derecho a juzgar quién es moralmente digno de participar en las instituciones y quién no. Ellos tienen el poder social y político: asentaron su hegemonía inicialmente sobre el terror y luego sobre el desarrollo económico. Con el acoso a los municipios democráticos recién elegidos, lo que intentan es revertir los efectos hegemónicos del 15M, volver al poder tras un episodio de "izquierda" lo más breve posible, tener ellos mismos su 15M.

PS. Hoy, parece que las cosas han cambiado un poco y que desde la dirección de Podemos y desde Ahora Madrid se está manifestando solidaridad con Rita Maestre. Ante lo que es a todas luces un golpe blando contra las instituciones democráticas, solo un fuerte contraataque por parte de los sectores sociales que apoyan el cambio -tal vez incluso un nuevo 15M- podrá frenar la ofensiva y salvar a los nuevos gobiernos municipales de cambio.

lunes, 15 de junio de 2015

Reflexiones al hilo del "no asunto" de los tuits de Guillermo Zapata

Reflexiones al hilo del "no asunto" de los tuits de Guillermo Zapata

1.
No creo que las hienas que bombardearon Irak, ni los buitres que organizan desahucios tengan autoridad moral para criticar a Guillermo Zapata, compañero que juró ayer su cargo de concejal en el ayuntamiento de Madrid añadiendo a su juramento la frase de Thomas Müntzer "Omnia sunt communia" (Todo es común, todo es de todos). También se excluyen de la comunidad humana capaz de juzgar moralmente nuestros negacionistas nacionales, los que niegan el peso enorme que hacen pesar las cunetas sobre la vida de nuestro país convertido en un inmenso "país de Antígona" que no entierra ni honra debidamente a sus muertos.
A mí, personalmente, me repatean los chistes antisemitas. Soy contrario a la existencia de Israel como Estado exclusivamente judío, pero no aguanto el "socialismo de los imbéciles" que siempre ha sido el antisemitismo. Dicho esto, me niego a demonizar a Guillermo, que es un valioso compañero y que no es ni un antisemita ni un monstruo de inhumanidad. Me niego a demonizarlo, porque sé que todo inconsciente tiene la potencialidad de ser fascista, el mío incluido, y que todo chiste tiene que ver con ese inconsciente y sus peligrosas cualidades. No solo yo he hecho chistes de mal gusto contra diversos grupos humanos, sino que los han hecho también, delante de mí, miembros de estos mismos grupos. A veces, la mejor defensa frente a este humor es aplicárselo a uno mismo y, como es sabido, los más terribles chistes de judíos los cuentan los propios judíos. Ni Spinoza ni Marx son una excepción.
Es siempre cómodo culpar al otro y hacer de él un monstruo de inmoralidad. Es útil para apartar la mirada propia y ajena de ese monstruo que hay en todos y cada uno de nosotros y que se aloja en nuestro inconsciente. Un monstruo que se llama en la terminología del psicoanálisis "pulsión de muerte". Es útil señalar a alguien como un malvado, porque nos permite esto desatender la pulsión de muerte que anida en todos nosotros y cuya gestión se llama civilización, ética y política. Decir que el otro es monstruoso es pedir tolerancia para tus propios crímenes. Franco se inventó una conspiración comunista contra España para justificar su brutal guerra colonial interna en la que sus compatriotas de las clases populares fueron tratados como "Moros del Norte", esto es exterminados como las cábilas del Rif. Hitler también justificó su dictadura y su expansión colonial en Europa del Este así como el exterminio de los judíos de Europa como una defensa frente a una supuesta "conspiración judía." Hoy, la misma gentuza criminal que banaliza las cunetas del pasado o los suicidios por desahucio de hoy, se atreve a enjuiciar a Guillermo Zapata para desviar la mirada del monstruo que hay en ellos y del que nunca, a diferencia de Guillermo -que ha hecho otras muchas cosas en la vida, cosas decentes, civilizadas y hermosas que contradicen el anecdótico fascismo de esos chistes tontos- estos señores y señoras hoy tan críticos y moralmente exigentes se han ocupado, pues ellos siempre se han refugiado en la "buena conciencia" que, como recuerda Hannah Arendt es caracterísica de los canallas. Como sabía Sócrates, solo un canalla tiene la conciencia tranquila, pues a los demás, los que nos sabemos divididos, nos espera incluso cuando estemos solos una vocecita interior, esa reflexión de uno sobre uno mismo que sigue espoleándonos para que la buena conciencia no haga de nosotros auténticos criminales. Eichmann fue todo un ejemplo de buena conciencia, Sócrates siempre se hizo preguntas sobre sus actos y su vida...

2.

Si alguien piensa que hay que pedirle a Guillermo Zapata su dimisión por haber citado unos cuantos chistes malos, crueles y racistas en tuiter en el marco de una discusión sobre los límites del humor; no entiende el sentido de la campaña de la derecha contra Guillermo. Esta gente, la que jamás ha condenado el franquismo ni su alianza con Hitler, está indignada, legítimamente indignada, pero no por un chiste racista (enunciado o citado), sino porque los hemos echado de instituciones clave. A Guillermo le han hecho la misma trampa que a Pablo Iglesias cuando hicieron un montaje -goebbelsiano- de unas declaraciones suyas en la Uni de verano de IA en las que, para descalificar a la Hizquierda Berdadera insurreccionalista citaba los términos que esta suele usar.
Si para apaciguar a la derecha o complacer el purismo biemprensante de cierta izquierda se hace dimitir a Guillermo, no tardarán en exigir más carnaza y no tardarán tampoco en encontrar cualquier motivo peregrino de este tipo. La paz, decía Montesquieu, nunca se compra, pues quien te la ha vendido se cobrará, y te la volverá a vender cuantas veces quiera.

3.
Si alguien cree que la operación de desprestigio contra Guillermo Zapata es nueva, se equivoca. La prensa de ultraderecha ya hizo lo mismo con unas declaraciones de Pablo Iglesias en las que unas palabras que él criticaba se las atribuyeron como propias montando imagen y sonido. Algo muy parecido ha ocurrido con Guillermo Zapata, quien citaba chistes de pésimo gusto dentro de una conversación sobre los límites del humor. Ni Guillermo Zapata es antisemita ni lo ha sido nunca, ni Pablo Iglesias es un defensor de la violencia.
Si a cada manipulación propagandística tiene que dimitir alguien, no vale la pena presentarse a las elecciones.

4.

Aquí no se trata de apoyar a un amigo personal o político por encima de los propios criterios de decencia, sino de conservar el mínimo necesario de rigor lógico y ético. Si un político del PP citara un chiste sobre los muertos de las cunetas y lo pusiera entre comillas diciendo que está más allá del límite del humor aceptable, lo único que tendría que decir es que tiene razón. Lo que pasa es que en ciertos sectores de la derecha española no se conocen ni las comillas ni aquello que se llama "decencia común".

jueves, 28 de mayo de 2015

Algunas breves reflexiones sobre el Estado

Sobre su existencia supuesta
El Estado, sencillamente no existe: son nuestras relaciones de cooperación, que se nos presentan como un poder separado en el capitalismo. En otras sociedades, esas relaciones de cooperación, no necesariamente igualitarias porque podían incluir relaciones de dominación eran visibles, como lo era también el dominio de un grupo social sobre otro. El capitalismo es el único régimen que separa dominación y explotación, pues todas las demás sociedades de clase exhibían el vínculo entre ambas como legitimación de la explotación. Solo el capitalismo lo oculta, presentándose, no como una sociedad de clases, una sociedad basada en la desigualdad humana, sino como una sociedad donde los hombres son iguales y tienen derechos iguales en el mercado. El derecho sanciona la igualdad y la libertad de todos los hombres en el capitalismo y así oculta la explotación bajo el contrato laboral y la dominación bajo en contrato social que legitima la dominación política de una instancia separada: el Estado. Lo que nos hace obedecer a esto es, como en toda sociedad basada en la dominación, el temor y la esperanza que sentimos hacia quienes detentan el mando, temor y esperanza que nos hace verlos a ellos como posesores de una cualidad especial, la autoridad o el carisma, y a su sistema de gobierno como algo que va más allá del interés particular. En el capitalismo, como en cualquier otra sociedad de clase, los de abajo, la mayoría, obedecemos, pero lo hacemos normalmente por nuestra propia convicción, haciendo nuestros los motivos de la obediencia y de la sumisión a un régimen de explotación. Si nuestra dignidad estriba en nuestra capacidad propia de actuar y producir efectos en la realidad, nada hay más opuesto a ella que este tipo de obediencia que nos hace súbditos haciendo que nos veamos como sujetos libres. De ahí que el Estado sea nuestra propia indignidad y nada más. El discurso sobre el Estado es "nuestro delirio de indignidad", pues evita, como todo delirio, la realidad, en este caso, la realidad material de las relaciones de cooperación. Tengo una gran simpatía por el anarquismo, pero su límite es teórico. Los anarquistas creen en el Estado, en que el Estado existe y es realidad sustancial que hay que destruir. En eso coinciden con la ideología burguesa que lo presenta como una persona (la personalidad moral de la sociedad) o con los "marxistas" que piensan que es posible tomar el poder o tomar el Estado como si fuera una cosa. El Estado no puede tomarse porque no existe. La única salida del Estado no es su destrucción sino la constitución de una sociedad libre que lo extinga como ilusión.
Sobre el bakuninismo
El problema del texto de Bakunin es que supone como condición de la revolución lo que sería el resultado último de la propia revolución: una sociedad de hombres libres, honrados e inteligentes. Desgraciadamente, la gente acostumbrada a la servidumbre por el hábito de siglos de explotación y de dominación política tiene que liberarse de estas para llegar al estado de racionalidad y libertad del que habla Bakunin. Todo el proceso intermedio, una auténtica travesía de los fantasmas generados por la dominación y la explotación ni siquiera se piensa. Para acabar con el Estado, esa ilusión que entre todos producimos, hay que liquidar las condiciones materiales que lo generan como ilusión: no combatir un molino de viento tomándolo por un gigante, sino rectificar nuestra mirada para ver que no hay gigante alguno. Eso que parece tan simple es un proceso largo y difícil que requiere cambios en las correlaciones sociales de fuerzas que hagan posible llegar a un máximo de ilustración popular. No hay cotocircuitos para ello: es necesario neutralizar los aparatos de Estado que reproducen la relación capital y la sumisión política. Para ello, es indispensable pasar por un Estado-no Estado cuyo objetivo sea la liquidación de la dominación y la explotación. Es esa democracia desbordante que acaba con el Estado y que Marx llama dictadura del proletariado (no confundir con las dictaduras políticas y las reconstrucciones totalitarias del Estado burgués en el contexto del capitalismo de Estado que se llaman "socialismo").
Sobre el decisionismo como teología política
La idea de la política como decisión tiene una genealogía perfectamente definida y opuesta a cualquier concepción democrática. El decisionismo es, como se sabe, de raigambre absolutista en su inicio. Baste leer a Hobbes con su "auctoritas, non veritas", o el importante Du Pape de De Maistre o joyas de la literatura política reaccionaria como el ensayo deCarl Schmitt sobre el catolicismo, antes incluso que su más conocido Concepto de lo político. Si no se quiere ir más allá de los Pirineos, también tenemos a potentes pensadores decisionistas en España como Donoso Cortés o, más recientemente, el poco apreciado por los progres Manuel Fraga. El decisionismo es un pensamiento potente de quien pretende afirmar la soberanía contra la multitud e incluso negarla. El ideal del soberano es que antes de él no hubiese nada. El problema es que esto no encaja lo más mínimo en una tradición de pensamiento democrático, que siempre tiene que reconocer la irreductibilidad de la multitud, incluso bajo las formas de la representación.
Es un grave error teórico y político confundir la tradición del antagonismo, la que ve la política como división y escisión, con la tradición decisionista que pretende muy precisamente suturar o enterrar la escisión y ocultar lo múltiple. Nada, por lo demás, tiene que ver la eficacia con el decisionismo, pues la eficacia es resultado de la articulación de potencias y no de la acción supuestamente decidida y decisiva de una supuesta potencia absoluta...
En política, hay que saber decidir en la coyuntura, pero la coyuntura la determina la multitud, no los que deciden. Pensar que la decisión se toma en el vacío y que es como la enunciación de una palabra mágica que crea la realidad es el modelo mismo de las teologías políticas del absolutismo. La decisión que crea de la nada y que considera la multitud una cantidad y una realidad despreciable (una cuasi nada) no es la decisión en la coyuntura, la de Maquiavelo, la de Spinoza, la de Lenin, la de Althusser, pues en el vacío inicial que niega lo múltiple y se sitúa fuera del mundo no hay coyuntura.
Toda coyuntura exige, en efecto, la conjunción de elementos múltiples...Una coyuntura la determina siempre un encuentro de distintas realidades, un encuentro aleatorio, pues las distintas realidades no son aspectos de un todo sino elementos independientes, con su temporalidad propia cada uno. Por ejemplo, la revolución rusa fue un fenómeno altamente improbable debido al encuentro de varios factores como el desgaste de la tropa en el frente, el descontento obrero en la retaguardia, las escisiones en el bloque de poder zarista, etc: Hoy en España nos encontramos con la confluencia de una crisis de régimen a nivel político, una crisis económica crónica convertida en modo de gobierno, un retorno de la cuestión nacional tanto en Cataluña como en la propia España, etc. La conjunción de estos factores generales y de otros elementos secundarios determina una coyuntura. Hay grandes pensadores de la coyuntura y todos se integran en la tradición materialista, que es una filosofía de la relación y del encuentro: de la co-yuntura, de los átomos, de los hombres, de la fortuna y la virtud...Maquiavelo es el gran clásico moderno y Gramsci, ese refinado teórico de la complejidad es uno de sus discípulos más aventajados. Para salir de las mistificaciones absolutistas del decisionismo, hay que pensar en términos de complejidad y de coyuntura, pues en la coyuntura, la decisión se ve a sí misma como determinada y quien decide nunca se ve como un Dios creador.


domingo, 1 de marzo de 2015

Una breve exhortación europeista y "glocalista" con ocasión de un acto de Podemos Don Benito




Esta carta fue leída durante el acto del sábado  de febrero por el compañero Javier Acedo del círculo Podemos de Orellana de la Vieja:

"Queridos compañeros y compañeras. Os escribo desde Bruselas, donde hoy mismo sigue la batalla por la dignidad del pueblo griego y la libertad y dignidad de todos los pueblos de Europa. Hoy, el compañero Yanis Varoufakis volverá a enfrentarse a la Bestia, a la que algunos ponen cara de cancillera alemana, o de ministro federal de finanzas del mismo país, pero que, según fuentes de prensa cercanas a las instituciones europeas, tiene barba, boca de sentina y cara de lelo. Fue, en efecto Mariano Rajoy -lo habréis reconocido enseguida- quien, más aún que los propios alemanes, se opuso al compromiso propuesto por la Comisión Europea, que Varoufakis estaba dispuesto a firmar: la aceptación formal de la parte financiera del rescate, sin las condiciones que implicaban el mantenimiento de medidas de austeridad perjudiciales para la población. Era un compromiso sensato, pero Rajoy, temiendo que este arrebato de sentido común entre los socios europeos reforzase la posición de Podemos, lo rechazó de llano. La casta europea tiene miedo: los más prudentes lo manifiestan cediendo a algunas exigencias populares, pero los más tontos y extremistas como nuestro presidente de plasma prefieren enrocarse en fórmulas derrotadas y superadas.

Es preciso que hoy este mensaje llegue a todos, en todos los puntos de la geografía europea. Lo que está pasando hoy en Bruselas, lo que hoy pasa en Atenas, guarda directamente relación con la vida y los problemas de todos los ciudadanos de Europa. La casta lo sabe, Rajoy lo sabe. El gobierno popular griego lo entiende perfectamente. De hecho, antes de ser primer ministro, Alexis Tsipras comprendió muy rápidamente que tenía que apoyar simbólicamente la Renta Básica en Extremadura. Bastaron dos breves explicaciones sobre la situación de vuestra Extremadura -tan parecida a la de Grecia- y la necesidad de una renta básica para que se hiciera con la compañera Lola Sánchez y conmigo la foto que seguramente conocéis y que ha ido circulando por las redes. Decía Pablo Echenique con gran acierto que las últimas elecciones griegas eran la primera ronda de las españolas. Puede decirse también que el gobierno griego es el primer gobierno que hemos conquistado los pueblos europeos. Un gobierno que desde el primer día ha tomado medidas indispensables y sigue adoptando otras muchas, las mismas medidas que queremos ver aplicadas en nuestro país: electricidad gratis para las 300.000 personas que estaban privadas de ella, defensa incondicional de la primera vivienda contra los desahucios, anulación de los despidos ilegales en la administración, nacionalidad griega para los hijos de inmigrantes, cierre de los CIEs.

Hay quien dice que esto es poco, pero Syriza está cumpliendo puntualmente su programa, lo cual es algo insólito en nuestra Europa actual. Solo cederá en la negociación con los socios europeos en aspectos que le permitan seguir aplicando el programa urgente de salvación ciudadana. El corazón de la gente decente de Europa late con el de nuestros hermanos y hermanas de Grecia y existe hoy un hilo de afectos que conecta secretamente Don Benito con Atenas, con Bruselas y con el pueblito del compañero Manolis Glezos en su isla de Naxos. Decían los dirigentes de la casta europea que no puede haber una federación democrática en Europa, porque no existe un pueblo europeo. Lamento decepcionar a estos importantes señores, pero hoy está naciendo ese pueblo y pronto, como tal, estará exigiendo con una sola voz sus derechos. Estarùa exigiendo que la casta se vaya, que la luz disuelva a los vampiros.

Aprovecho también esta intervención a distancia para saludar a un querido amigo que visita hoy Don Benito, al compañero Miguel Urbán con el que comparto tantas cosas importantes, las fundamentales, en relación con Podemos, con la política en general, pero también con esa ética de la decencia común y de la amistad política que él siempre ha mantenido apesar de todas las dificultades y sinsabores. Miguel es una persona indispensable para Podemos y para la renovación de la política en nuestro país. Le mando desde la lluviosa Bruselas un fuerte abrazo. Otro fuerte abrazo para mi querido amigo y admirado compañero Jónatham Moriche, quien después de algunas discrepancias iniciales, y con las reservas de toda persona libre e inteligente, se embarcó en el proyecto de Podemos con todo el inmenso empeño del que es capaz. Con toda su honradez y hasta su tozudez. Un abrazo, para finalizar, a todos los compañeros y compañeras de Don Benito con los que me trato a menudo por medios electrónicos y que me gustaría poder conocer muy pronto personalmente. Syriza, Podemos, Venceremos! Hasta siempre!"



jueves, 26 de febrero de 2015

¿Quién salva al capitalismo de sí mismo?

(Breves reflexiones sobre una política de la inmanencia)
"Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas: -y mi honda es la de David."
José Martí, Carta a Manuel Mercado, 18 de mayo de 1895

1. El problema es el siguiente ¿Cómo actuar dentro del Estado, bajo la forma Estado y dentro de sus distintos aparatos, sin convertirse en aparato de Estado? ¿Cómo conservar, más allá del indispensable actuar en la esfera de la representación, un exterior de la representación? Es innegable la necesidad de actuar dentro del Estado y de atravesarlo, pues hoy no existe ningún exterior del Estado y del capital que no estén dentro de ellos. Hoy, el trabajo vivo se reproduce bajo la relación capital y la propia relación capital es inseparable de sus formas políticas.

2. Se ha acabado el periodo histórico en que el capitalismo podía aún crear la ilusión -nunca fue otra cosa- de que existía una esfera de la economía y una esfera de la política. Con la ilusión de las dos esferas se conseguía separar dominación política y explotación. Como la separación entre ambas esferas se operaba mediante el tejido conjuntivo del derecho, dominación y explotación quedaban invisibilizadas mediante dos contratos: el contrato social supuestamente fundador del Estado y el contrato laboral. Hoy, esta separación se ve fuertemente cuestionada, no por el fracaso, sino por el éxito de la relación capital. Hoy, la esfera de la reproducción de la fuerza de trabajo, la de la vida, ha quedado invadida por la del trabajo bajo la relación capital. Estamos ante lo que Marx denominó "subsunción real" del trabajo vivo bajo el capital.

3. El capital se ha hecho mundo e incluye en sí lo que fuera su exterior. La propia posibilidad de una esfera política diferenciada es cada vez más absurda, pues las ficciones jurídicas del individuo libre e igual no se mantienen en un ámbito donde la dominación del capital sobre los productores se presenta abiertamente como mandato del poder financiero, ejercido directamente y sancionado por los aparatos de Estado. Estamos dentro del Capital y somos modificaciones de la sustancia de este monstruo (Marx lo vio como un monstruo, según el modelo del Leviatán de Hobbes y casi como una perversión de la sustancia de Spinoza).

4. Estamos también dentro del Estado, que no es hoy sino otro nombre del mismo monstruo. Capital y Leviatán se han fusionado y son indistinguibles. De ahí la necesidad de salvaguardar del hundimiento al monstruo en el que vivimos y del que somos parte. Giannis Varoufakis, un marxista muy próximo al verdadero pensamiento de Marx y al que, como a Marx, se ha entendido mal, lo expresó correctamente: "hay que salvar al capitalismo de sí mismo". Sin embargo, la única fuerza que puede "salvarlo" es la del trabajo vivo, el exterior-interno del monstruo. Salvar el Capital de sí mismo significa tomar el control político de la reproducción del Capital. Significa darse los medios, desde dentro (no existe un afuera) de cambiar el ADN del monstruo al tiempo que preservamos las condiciones de reproducción de la vida en su interior y evitamos el hundimiento político del régimen capitalista, del capitalismo "democrático", que aún preserva las formas jurídicas de la separación entre dominación y explotación, en el fascismo que abole esta distinción.

5. Salvar al capitalismo de sí mismo significa que sólo el comunismo -que hoy representa ya una aspecto determinante de la cooperación productiva en una economía donde el mercado se hace red- salva al capitalismo. Es un bien extraño "salvamento". Hoy, la "socialdemocracia" que salva al capital es la que liquida su mando político propio y lo reorganiza en función de la cooperación en red.